El mundo de las medidas de la longitud, la masa, la capacidad y el tiempo nos ofrecen un montón de posibilidades creativas para vivenciar y adquiriendo dominio de estas cantidades continuas. Desde la lectura de números que nos ofrecerán los instrumentos de medida como la cinta métrica, la báscula digital, el cronómetro, los tubos de ensayo, las jeringas y los vasos de medida al descubrimiento que estos números son especiales ya que representan cantidades continuas y deben ir acompañados indisociablemente de la unidad de medida a la que hacen referencia. Unas cantidades que podrán ser ordenadas siguiendo un orden creciente o decreciente dando respuesta a las consignas guiadas en la propuesta de manera perceptiva o bien a través de las medidas tomadas. Unas cantidades que ofrecerán la posibilidad de plantear retos de sumas o restas buscando la respuesta a las preguntas ofrecidas. Será la capacidad de dar forma a estas cantidades en base 10 las que les permitirá de manera sencilla realizar las operaciones adecuadas ya sea usando los materiales o con el grado de abstracción con que se encuentren los cálculos de cada niño. Unas cantidades que permitirán formular preguntas y razonamientos a los niños que vayan a elaborar respuestas inicialmente orales y poco a poco escritas donde el discurso matemático poco a poco vaya tomando más complejidad y se vaya llenando de un vocabulario cada vez más preciso y rico. En esta entrada os describiré una propuesta de masa para que os sirva de fuente de inspiración para crear vuestras bonitas propuestas o para copiarla si la creatividad hoy no os acompaña. Quiero aclarar que esta propuesta está soñada, preparada y vivenciada para experimentar en un formato «rincón» o «microespacio» que acoge cuatro o cinco niños donde cada uno tiene su material, instrumento de medida, hoja de registro y la guía de pasos de la propuesta para poder ir trazando la investigación a su ritmo y de la manera más autónoma posible.

MISMO VOLUMEN PESO DIFERENTE

Delante de cada niño hay una báscula digital, tres tarritos iguales cerrados (no se vea su contenido), las tarjetas guías del camino a trazar, y la hoja de registro de la propuesta donde se van ordenando los datos y respuestas encontradas recogiendo el proceso de investigación matemático. Las tarjetas guían un camino que pide a la niña y al niño:
  • El orden perceptivo del peso de los tarritos cerrados.
  • La medida y registro de las masas calculadas con la báscula digital, relacionando las cantidades descubiertas con su unidad de medida correspondiente (g, gramos).
  • El orden de los datos encontrados en una recta numérica dada.
  • El razonamiento para explicar el por qué a pesar de coincidir el volúmenes de los diferentes materiales, los pesos registrados son diferentes.
Esta última parte de la propuesta les abre las puertas hacia el mundo de la argumentación, el pensamiento lógico, y donde la creatividad y el vocabulario en expansión generan un mundo sorprendente. Yo muchas veces tomo nota de sus razonamientos para evitarles que el reto de escritura delimite y empobrezca sus razonamiento. En el ciclo inicial muchos niños están fortaleciendo su mundo de la escritura de palabras y frases y este reto matemático puede ser pedir demasiado.
Como podéis observar en la imagen anterior os animo a crear vuestra parrilla de observación que acompaña toda propuesta. De este modo si acompañáis o observáis el desarrollo de la propuesta en manos de vuestros niños podréis tomar nota de manera muy cómoda y sencilla de los distintos procesos y habilidades que cada niño está en proceso de desplegar o que ya muestra un dominio.