En el aula, los alumnos han trabajado con diversos materiales la creación de sus tablas de multiplicar y dividir. La manipulación les ha hecho vivenciar los diferentes resultados a través de cálculos unitarios (Tablero Montessori) con cálculos compactos (Regletas Numéricas) con imágenes mentales (Círculos Waldorf), etc. En este punto del camino, donde la comprensión ha sido cuidada, toca focalizar la energía en la memorización (automatización) de estos resultados.
Evidentemente, el alumnado que no memorice las tablas de multiplicar o dividir, si las ha comprendido, siempre podrá bajar a niveles de abstracción donde a través del conteo de dedos, dibujando palitos en una hoja, etc. y encontrar el resultado. Pero queremos ofrecerles recursos para que éstos queden en memoria y que se pueda acceder a ellos por una vía automática mucho más ágil.
Para fijar esta memoria una de las estrategias que hay es la repetición y si aparte esta repetición se hace en un contexto alegre, respetuoso y donde el calor acompañe el proceso… la posibilidad de éxito aumentará.
Éste es el momento que ahora viven los niños que me inspiran esta entrada “Sería bonito que para las vacaciones de Navidad se lleven a casa un juego para practicar las tablas de multiplicar, que lo hayan construido ellos y ellas”.
Inspiradas en el precioso juego de la casa Haba 3×4=¡Zas! nos animamos a hacer nuestra versión entre risas, reflexiones, alucinadas y por encima de todo con el gran deseo de cuidar el proceso matemático de niñas y niños.
Se ha creado un documento para imprimir donde hay abejas reinas (haremos dos copias, porque necesitamos 10 reinas para nuestro juego), abejas obreras (haremos 6 copias, porque necesitamos 36 obreras para nuestro juego), tarros de miel (están en el margen de las obreras y con las seis copias será suficiente) y flores con los distintos números (ocupan dos hojas y haremos 1 copia).

Las abejas reinas llevarán en su círculo los números cuadrados: 1, 4, 9, 16, 25, 36, 49, 64, 81, 100.
Las abejas obreras traerán en su círculo todos los posibles resultados que encontramos en las tablas de multiplicar. No duplicaremos números: 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 14, 15, 16, 18, 20, 21, 24, 25, 27, 28, 30, 32, 36, 40, 42, 45, 48, 50, 54, 56, 60, 63, 70, 72, 80, 90.








Como podréis y podrán ver a los niños hay reinas que también serán obreras en otras colmenas y hay obreras que pertenecen a más de una colmena. Esta imagen es muy valiosa para su memorización.




Que los niños creen su juego es un aspecto importante en este proceso. Os animo a que les hagáis autores y autoras de su juego tanto pintando el material como escribiendo los números.
Cada flor tiene un número escrito y éste identifica la tabla de multiplicar con la que jugamos esa ronda.
Alrededor de la flor colocaremos sobre la mesa de forma desordenada las abejas obreras y la reina de esta colmena.
Ejemplo: Alrededor de la flor del 7, estarán las abejas obreras del 7, 14, 21, 28, 35, 42, 56, 63, 70 y la abeja reina del 49.
Con un dado de diez caras (decaedro) haremos el lanzamiento y el número de su cara nos indicará la cantidad de veces que debemos repetir el 7 (ejemplo). El primer jugador que toque con el palito de la miel la abeja que muestre el resultado ganará un tarrito de miel.








Si la escuela no puede asumir comprar estos dados especiales, también podríamos jugar con dos dados simples, que normalmente en casa todo el mundo tiene, y se sumarán sus caras pudiendo decidir que si te toca un 12 no puedes jugar en la próxima ronda y si te toca un 11 serás la única jugadora en participar en la próxima ronda (¡Podéis inventar las normas que te apetezcan!!!)
Podemos decidir que ganará la partida quien consiga una despensa con 10 tarros de miel.
Cuando ya dominamos las tablas por separado podemos complicar el juego jugando con más de una mesa o con todas (necesitaremos dos dados decaedros para jugar y multiplicar los valores de sus caras. No jugaremos con las flores).




Con las mismas abejas podríamos practicar las tablas de dividir… sería el número de la abeja lo que deberíamos repartir entre la cantidad que muestra el dado y tocar la flor que expresa la cantidad que tocaría a cada uno.



