Había una vez en un pueblo situado más allá del mar y de las montañas más curvas del planeta. Vivían los personajes más famosos y conocidos de nuestro mundo. Los encontramos dibujados por todos lados: en nuestros libros, en el teclado del teléfono, en las entradas de las casas, bajo la suela de nuestros zapatos … Estoy hablando del 0, el 1, el 2, el 3, el 4, el 5, el 6, el 7, el 8 y el 9.

Pues bien, ahora que sabéis de quien os hablaré, os contaré una aventura que les pasó un día muy soleado de primavera, cuando las flores llenan los bosques y campos de colores, los 10 números decidieron hacer una excursión hasta una llanura situada arriba de una montaña.

Cada uno se preparó su mochila y quedaron en la plaza del pueblo para salir juntos. A la que empezaron a caminar se fueron alineado, no porque les gustaba andar de esta manera, no, no, no …. Esto les pasaba porque sus mochilas pesaban diferente. El cero que nunca necesitaba nada llevaba la mochila vacía y siempre iba el primero; en cambio el nueve que necesitaba tantas cosas, le pesaba tanto que siempre, cuando paseaban, estaba al final de la comitiva.

( «Si extiendes la mano podrás notar cómo pesa cada mochila», iré poniendo, por orden de peso, una tras otra las 10 mochilas anunciando el número, «la del 0, la del 1, la del 2, la del 3, la del 4, la del 5, la del 6, la del 7, la del 8 y la del 9 «puedes retirar este material).

Cuando estaban a medio camino pasaba por allí una nube traviesa cargado de agua y decidió mojarlos un poquito y así ella seguiría viajando más ligera.

( «Si extiendes la mano podrás notar como de mojado quedó cada número», Con un cuenta gotas ir tirando sobre la mano tantas gotas como indica cada número. «Pasó sobre el cero y no le dejó caer ninguna gota, sobre el 1, sobre el 2, sobre el 3, sobre el 4, sobre el 5, sobre el 6, sobre el 7, sobre el 8 y sobre el 9 «puedes retirar este material) Ostras que mojados habían quedado el 7, el 8 y el 9! Pero tranquilamente como hacía tanto sol se fueron secando.

Anda que andarás llegaron a la llanura donde querían jugar. Las barrigas ya les roncaban después de tanto rato caminando. Abrieron las mochilas y cada uno se comió su comida.

( «Si abres la mano te pondré sobre ella la comida que tomó cada cada número». Coge los diferentes cortes de zanahoria y vete los poniendo en la boca por orden. «El 0 no comió nada, porque nunca tenía hambre, 1 con ello ya tuvo suficiente, el 2, el 3, el 4, el 5, el 6, el 7, el 8 y el 9 «) ¿Cuál buena comida que habían hecho!

Se pasaron jugando horas, horas y más horas, tantas pasaron que el sol ya había decidido ir a dormir.

Como volverían ahora, tan oscuro y tan lejos de casa como estaban?

Unos pájaros que les miraban de lejos sobre las ramas de un árbol decidieron darles una mano. Mejor dicho una alatazo. Los llevarían volando hacia su poblado.

(Toma la pluma y puedes ir rozando la nariz tantas veces como indica el número «El 0, nuevamente, no le hizo falta la ayuda de ningún pájaro, de golpe ya había llegado, al 1 le llevó un pájaro , al 2 dos pájaros, al 3, al 4, el 5, el 6, el 7, el 8, el 9 «)

Una vez en el poblado dieron las gracias a los pájaros y corrieron a dormir porque estaban agotados de toda la aventura.

 

… y colorín colorado ya se ha terminado.